La Ley de Segunda Oportunidad funciona

Como estuvimos contándote en este blog, tras la publicación en el BOE de la conocida como Ley de Segunda Oportunidad, se abrió un periodo de cierto escepticismo sobre si los mecanismos que aportaba la ley podían tener impacto real sobre la situación de autónomos y empresarios.

A día de hoy, tras tres años en funcionamiento, empieza a verse como una solución real para empresarios de pequeño tampaño, y especialmente para personas particulares, que por circunstancias de sobreendeudamiento o bien por negocios fracasados tienen una nueva posibilidad de eliminar las deudas contraídas.

Actualmente, desde Scentia Alliance estamos gestionando distintos procesos de mediación concursal y su derivación en concursos consecutivos. Hemos conseguido, tras una detallada elaboración y análisis, llevar a éxito un concurso consecutivo de persona física, tramitado en el Juzgado de Instrucción 3 de Gandia (Valencia).

La situación de la que partíamos era una de deudas derivadas de avales y fianzas de una empresa que entró en concurso de acreedores y se liquidó, derivando en esta persona física la responsabilidad de pago por su condición de avalista. El resultado ha sido la exoneración de los pasivos insatisfechos del concursado por importe superior a los 600.000 euros.

Por lo tanto, creemos que la Ley de segunda oportunidad es una realidad, aunque sigue siendo a herramienta judicial desconocida para la mayoría de ciudadanos que se encuentran en situaciones de sobreendeudamiento.

Para que nos hagamos una idea, se estima que hay una población en España de más de 2 millones de personas que tienen deudas y se encuentran en morosidad, y de ahí podemos extrapolar a una población superior a los 100 mil potenciales beneficiarios de esta Ley en la Comunidad Valenciana. A pesar de esto, en el primer trimestre del 2018 sólo se han presentado a nivel nacional 391 concursos de personas físicas sin actividad empresarial, y 100 concursos de personas físicas con actividad empresarial.

Desde Scentia Alliance podemos ayudarte a solucionar tu situación de deuda gracias a estos mecanismos. ¡Contacta con nosotros y cuéntanos tu caso!

¿Asesoría o Consultoría?

Aunque muchas veces consideramos que es lo mismo debido a que ambas actividades tienen bastante en común, Asesoría y Consultoría son tareas distintas con objetivos distintos, y cubren problemáticas distintas dentro de tu empresa. Es importante tener clara la diferencia entre las dos, y saber a cual acudir para solucionar qué problemas en tu empresa. Y para ayudarte a tenerlo claro, hemos escrito este post.

Cuando surge una necesidad en la empresa que necesite ayuda en su negocio, la primera duda suele ser: ¿Acudo a una asesoría o a una Consultoría?

En principio, la Asesoría es la más cercana a la empresa o al autónomo. Suministra información sobre la a actividad que desarrolla el cliente en relación a la legalidad y su cumplimiento, sea fiscal, contable, laboral y normalización local.

Pero ¿está preparada la Asesoría para analizar la situación financiera de la empresa, gestionar y planificar la tesoría, la gestión de las ventas, o de los recursos humanos? Todas estas capacidades quedan lejos de su alcance, y es aquí donde entra en juego la Consultoría.

En la consultoría se trabaja enfocándose en objetivos y en la consecución de resultados. Se procede a «hurgar» dentro del potencial de la empresa y dibujar nuevas oportunidades, y planificar e implementar los cambios necesarios en la organización necesarios para lograr alcanzar dichos objetivos.

Aunque la Asesoría también sirve para detectar problemas y errores que surgen en la actividad de la empresa, la Consultoría es quien se ofrece a resolver esas necesidades desde dentro de la empresa, ejecutando sus servicios y actividades previamente establecidos en un plan de actuación consensuado con el empresario. Tener un plan significa trabajar con un calendario de trabajo, de implementación, y de obtención de los resultados necesarios.

Para ello si es necesario, se puede llegar hasta a modificar la organización de la empresa, sus procesos, su gestión. Y sobre todo, la mayoría de proyectos de consultoría pasan por fortalecer y formar al equipo humano actual de la empresa en aras de estos resultados.

Por otro lado, también se confunde muchas veces las labores de Auditoría con las de Consultoría. Aunque la Auditoría también se enfoca en descubrir errores o problemas en la empresa, este descubrimiento siempre surge de la revisión de los procedimientos planteados y de lo obtenido en el pasado por la empresa.

La misión del auditor es verificar, recoger evidencias y certificar que se cumple con la legislación vigente, normativa o requisitos necesarios. Por esto resulta muy importante detectar las posibles amenazas para la viabilidad futura del negocio, que es de lo que se encarga la Consultoría.

En Scentia Alliance conformamos un equipo de profesionales multidisciplinar con sobrada experiencia en ambos campos (Asesoría y Consultoría), con una metodología propia fruto de nuestras experiencias en la empresa a lo largo de más de 15 años, que aseguran resultados para las necesidades de su empresa. ¡Llámanos y empecemos a trabajar en tu caso!

Acabando con la cultura de los ‘Apagafuegos’ en tu empresa

Seguramente lo hayas visto en tu dia a dia normal, en muchas empresas con las que tratas, o incluso en la tuya propia. Es una situación muy común ver personas que se pasan el día al teléfono saltando de una emergencia a otra, sin trabajar más de 30 minutos en la misma tarea, con múltiples frentes a la vez pero sin avanzar en ninguno, y sin dedicar tiempo a establecer objetivos a medio o largo plazo. Es lo que llamamos la cultura de los «Apagafuegos».

Un «apagafuegos» es la persona que:

  • Deja que las emergencias (o «fuegos») establezcan en qué dedica el tiempo durante el día.
  • No sabe distinguir entre lo importante y lo urgente.
  • Cuando alguien le pide ayuda, deja inmediatamente lo que está haciendo y dedica tiempo a la otra persona, sin importar que la tarea que abandona sea más prioritaria.
  • No es capaz de priorizar sus tareas y establecer una planificación diaria o semanal propia. Los «fuegos» dictan su agenda, no la dicta la propia persona.
  • Muchas veces no es consciente de lo que está haciendo, y deja muchos frentes sin finalizar.
  • No conoce la cultura, ni la visión, ni las metas de su empresa/departamento, ni invierte tiempo en contribuir a ella. O incluso peor: si el «apagafuegos» forma parte de la dirección de la empresa, priorizará las emergencias y nunca dedicará tiempo a establecer la visión, estrategia, y objetivos empresariales a medio-largo plazo de su empresa.

Aunque se trata de personas caóticas, muchas veces están bien consideradas por los clientes, ya que en el corto plazo dejan cualquier cosa para atender la nueva emergencia que acaba de llegar. En ciertas empresas (las muy orientadas a asistencia técnica o incidencias) puede estar hasta bien valorado internamente por esta actitud, aunque en el medio y largo plazo esta forma de hacer las cosas sea altamente nociva para la productividad, calidad del servicio, y progreso de la empresa.

Además, esta actitud tiene un coste personal propio: al ser tan improductivas y caoticas, el «apagafuegos» vive en un alto nivel de stress, es poco feliz, y puede llegar hasta a desarrollar enfermedades nerviosas.

¿Cómo corregir esta cultura? Lo primero es que la dirección de la empresa sepa distinguir el verdadero peligro que supone el «apagafuegos» para la productividad, calidad, y estrategia a medio-largo plazo de la empresa, aunque en una primera instancia pueda parecer que la actitud del «apagafuegos» es positiva.

Lo siguiente, es trabajar en las siguientes áreas:

  • Comunicar de forma efectiva valores de su empresa, la visión, y su estrategia, y como la actitud del «apafuegos» lucha en oposición a estos valores y estrategia.
  • Establecer el plan estratégico y los objetivos a alcanzar en el medio y largo plazo para cada departamento y persona.
  • Planificar estas tareas y los nuevos proyectos que puedan surgir. Establecer metodologías y procesos de trabajo y gestión de las prioridades. Cuando hay un sistema, unas reglas externas, un proceso para gestionar el flujo de trabajo, y además se visibiliza cómo se usa ese proceso para el resto del equipo, las prioridades ya no está sujetas al criterio personal del «apagafuegos», y es más difícil que esta persona vuelva a sus viejos «vicios».
  • Utilizar herramientas de control y gestión para monitorizar el flujo del trabajo, áreas a mejorar, y cómo todas las tareas que se realizan día a día ayudan a conseguir los objetivos establecidos.

Erradicar la cultura del apagafuegos debe de ser algo prioritario para todas las empresas en las que exista, el cambio de actitud y de forma de trabajar ha de partir siempre de la gerencia de la empresa. La dirección ha de ser la primera que se de cuenta de lo nocivas que son estas actitudes para la empresa, y la primera que establezca vías para corregir esta cultura.

Una forma de solucionar esto es, como siempre, formarse. Desde Scentia Alliance ofrecemos diversos cursos de formación en productividad, gestión de equipos, y gestión de proyectos. Descúbrelos y acaba de una vez por todas con la cultura de «apagar fuegos».